NOTICIAS GENERALES / 19-09-2024
A lo largo de la entrevista Iñigo del Pozo menciona en varias ocasiones una misma palabra para ilustrar la alianza de Lamincer Precision Steel con el Grupo Arania: “Sinergia”. Acompañamiento tecnológico, transferencia de conocimiento, abaratamiento de materias primas, complementariedad productiva, diversificación de clientes, complicidad logística… El gerente de la planta de Mungia desgrana las numerosas ventajas que esta operación reportará a ambas partes pero reivindica la autonomía y la personalidad de cada una de las empresas en su operativa, y se marca un objetivo a medio y largo plazo: “Volver a saturar” la capacidad de producción de las plantas de Mungia y de Amorebieta, es decir, llegar a las 35.000 y a las 120.000 toneladas anuales, respectivamente.
Pregunta. ¿Qué supone la incorporación de Lamincer al Grupo Arania en términos de competitividad?
Respuesta. Sobre todo, lo que supone esta alianza es que nos permite entrar en un grupo en el que ya se conoce la tecnología y el know-how de lo que hacemos en Lamincer. Hasta ahora habíamos estado trabajando en un grupo internacional en el que éramos los únicos relaminadores. Eso nos hacía sentir cierta soledad tecnológica y de conocimiento que ahora, al incorporarnos al Grupo Arania, que ya tiene la relaminación entre sus actividades, no vamos a sentir. Vamos a poder compartir tecnologías, aprovechar la capacidad de innovación del Grupo, las inversiones que ha hecho… y lo vamos a aprovechar en un doble sentido porque Lamincer también dispone de un know-how que va a poder transmitir hacia la planta de Amorebieta para que ambas partes salgamos favorecidas. Esta parte del conocimiento compartido es la más intangible, la más difícil de medir, pero luego hay otras ventajas más obvias: por ejemplo, disfrutaremos de sinergias logísticas porque estamos operando en mercados parecidos y podremos combinar transportes; además tenemos un proyecto de almacenes que está promoviendo el Grupo Arania con el que nos vamos a asociar. En la parte de las compras también nos beneficiará porque vamos a sumar nuestro volumen de compra de materias primas al que ya tiene negociado el Grupo. Y en la cadena de suministro, aunque ahora actuamos de manera independiente, de cara al medio y largo plazo estamos estudiando sinergias para que podamos trabajar juntos.
P. ¿Y desde el punto de vista de la cifra de negocio? ¿Qué previsiones manejan?
R. Los objetivos de ambas plantas se mantienen como ya se definieron a principios de año: nosotros estamos manejando un presupuesto de 28.000 toneladas y Arania, de algo más de 80.000, y la suma de ambas hace que podamos llegar a ser los terceros laminadores europeos. Ese es el plan para este año, que contempla un crecimiento del 7% con respecto al año pasado. Durante la segunda mitad del año trabajaremos para los presupuestos de 2025 por primera vez de forma conjunta.
“Nuestra cuota de mercado y la del Grupo Arania nos permite ascender al top 3 de los relaminadores europeos, y nos sitúa a la cabeza en el sur de Europa”
P. ¿Se han producido otros movimientos empresariales en el sector?
R. Sí, el tercer relaminador que quedaba en la península ibérica era Tata Layde, pero hace pocas semanas ha anunciado que cerrará la parte de laminación a finales de este año para centrarse en la otra parte de su negocio, que es de centro de servicios.
P. ¿Esta decisión supone una oportunidad para Lamincer y el Grupo Arania?
R. Efectivamente, esta decisión deja un hueco en el mercado de alrededor de 5.000 toneladas que se tienen que repartir. También aparecen actores nuevos en el sur de Europa, el mercado está bajo y eso hace que todo el mundo esté mucho más activo comercialmente; pero tenemos que intentar cubrir ese hueco.
P. Ha hablado de una alianza estratégica. ¿Será ambiciosa a la hora de buscar nuevos mercados?
R. La idea a medio y largo plazo es volver a saturar la capacidad productiva de las dos plantas: la situación del mercado desde hace varios años está más baja, sobre todo en el sector de automoción, y el mercado se encuentra en un periodo de stand-by en el que hablamos de descensos de en torno al 18%, en comparación con la situación de prepandemia. Lo que la alianza va a hacer es trabajar para que Lamincer se sitúe en las 35.000 toneladas al año, frente a las 28.000 que hacemos, y que Arania suba también hasta su tope, que está en torno a las 120.000 toneladas, es decir, saturar la producción de las dos plantas.
“Lamincer se mantiene como marca y mantiene su independencia operativa y su personalidad en el mercado”
P. ¿Cómo será el funcionamiento de Lamincer Precision Steel con respecto al Grupo? ¿Mantendrá su propia personalidad?
R. Lamincer tiene su propia estructura de costos, su organización, sus máquinas, y tiene que salir al mercado basándose en esa estructura. Lamincer se mantiene como marca y mantiene su independencia operativa y su personalidad en el mercado. Nosotros vamos a competir con el Grupo Arania en el mercado de igual a igual.
P. Entonces, ¿cuál es la propuesta de valor de la alianza Lamincer-Grupo Arania?
R. La maquinaria que nosotros disponemos y los tamaños que manejamos nos permiten trabajar en un bloque de pedido mínimo inferior al del Grupo Arania. Por un lado, al Grupo se le abre una nueva puerta para poder trabajar en lotes de tres toneladas como mínimo, cuando ha estado haciéndolo en lotes de 10 tn, y eso le abre un nuevo nicho de mercado a través de Lamincer. Y nosotros, como Lamincer, estamos en otros mercados diferentes en algunos casos, y eso nos va a permitir tener presencia en otras áreas en las que no estábamos.
“Nuestro objetivo estratégico es crecer en el alto carbono, en el mundo de la automoción. Tenemos que seguir apostando por materiales de alto valor añadido y de características especiales”
P. ¿Qué objetivos estratégicos tiene Lamincer Precision Steel?
R. Estratégicamente seguimos con la idea de seguir creciendo en el alto carbono dentro de las familias que hay en el mundo de la laminación, es decir, en el mundo de la automoción. Y a pesar de que este sector está en un nivel de crecimiento plano, hay que seguir apostando por materiales de alto valor añadido y de características especiales, y en esa parte encaja el alto carbono. Nosotros seguimos apostando por crecer ahí, donde hay valor añadido y donde los materiales y las características del material son de dificultad.
P. ¿En qué situación se encuentra el mercado del acero relaminado en la actualidad después de la compleja coyuntura que lo han sacudido durante los últimos años?
R. Hemos pasado por una serie de ciclos muy rápidos porque ya en la prepandemia el sector de automoción comenzó a ralentizar sus volúmenes de producción en lo que se llamó la “crisis del diesel”, en torno a qué tipo de vehículo comprar y las dudas sobre la evolución de los motores de explosión. Durante la pandemia se ralentizó todo mucho, y en la postpandemia se produjo un “pico” de volumen. Ahora estamos viviendo el “contrapico”, una situación en la que no solo la automoción sino el consumo general se han ralentizado mucho más. Vivimos una situación en la que estamos trabajando en la optimización de costes y de operaciones, y en conseguir la mayor flexibilidad posible. El mercado actual exige que reacciones rápido y seas muy flexible porque todo es muy incierto; en un momento dado no hay necesidades y de repente surgen los pedidos con inmediatez, se retrasan otros… hay que funcionar con mayor eficiencia y flexibilidad.
P. ¿Los problemas de abastecimiento ya se han superado?
R. Sí, la postpandemia generó unas tensiones importantes en el mercado de materias primas que provocó subidas de precios… pero eso ya está superado. De todas formas, aunque en la actualidad no hay problemas de materia prima sí vamos a vivir situaciones nuevas por cuestiones de regulación: las nuevas reglas en los aranceles de la UE para materiales que vienen de Asia probablemente provoquen de nuevo situaciones de tensión en los próximos meses.
“El cambio de las condiciones europeas a las importaciones va a quitar del mercado casi 1,6 millones de toneladas de material laminado en caliente y eso provocará tensiones”
P. ¿Está teniendo ya incidencia la modificación de las condiciones europeas a las importaciones de otros continentes?
R. Esto es algo que se ha anunciado muy recientemente, todavía hay una extensión de dos años de esas cuotas por países de fuera de la UE, pero se le ha dado una vuelta de tuerca más a esas condiciones y se ha marcado un máximo de consumo trimestral del 15% total de la cuota por país. Antes se computaba una bolsa común en la que un país podía traer a Europa más material que el resto y entre todos sumar el total, y ahora se limita a un 15% por cada país de forma individual. Esto va a quitar del mercado en los próximos meses casi 1,6 millones de toneladas de material laminado en caliente, que es un poco la base de toda la cadena de suministro del acero. Y posiblemente, a pesar de que el mercado del acero está en una situación plana y sin grandes crecimientos, va a provocar tensiones.
P. ¿De qué manera puede responder a esta coyuntura la alianza Lamincer-Grupo Arania?
R. A nosotros nos ayuda muchísimo estar en el grupo Arania porque tiene una capacidad de compra muy grande y ya estamos trabajando en sinergias de materiales comunes que podemos usar en varias plantas. De esta forma podemos tener una bolsa y un stock general del que tirar de una forma mucho más flexible que si lo hiciéramos solos. El mundo está concentrando poder y, al final, el que está asociado tiene más posibilidades de sobrevivir que quien afronta estas situaciones solo.