Esta web utiliza únicamente cookies ANALÍTICAS que recopilan información anónima de su experiencia de navegación para contabilizar el número de visitantes y ayudarnos a mejorar la navegación y el servicio. Puede aceptar o rechazar su carga aquí e informarse más en nuestra: Política de Cookies

Acepto Rechazar

 

NOTICIAS GENERALES / 13-01-2023

MARC BOSCH: LAS CLAVES ANTE LA INCERTIDUMBRE EN EL SECTOR DEL ACERO

“La flexibilidad, la diversificación y la calidad son claves para superar la incertidumbre total que vive el sector"

El director de Compras del Grupo Arania, Marc Bosch, analiza la “convulsa” situación que atraviesa el mercado internacional del acero y desgrana las fortalezas del grupo para sortear estos obstáculos.

 

Pregunta. ¿Qué situación vive en la actualidad el mercado internacional del acero?

Respuesta. Vivimos una época muy convulsa, de subidas y bajadas de precios muy acentuadas y en muy poco espacio de tiempo. Hemos superado y casi duplicado el máximo histórico de precios internacionales jamás registrado. El anterior se produjo durante la crisis financiera de 2008, cuando el precio de la tonelada pasó de los 300 a alrededor de los 800 euros, lo cual ya fue una barbaridad. Pues ahora el precio ha llegado hasta los 1.460 euros la tonelada en Europa y los 1.260 en las importaciones de Asia. Esta es la fotografía.

 

P. ¿Qué incidencia está teniendo la invasión de Ucrania?

R. Rusia y Ucrania son muy ricos en materias primas, hasta el punto de que suministran a las acerías europeas entre el 25 y el 30% de esas materias primas. Cuando se produjo la invasión esos suministros se dejaron de entregar y las acerías acudieron al mercado spot y de commodities para cubrir las materias primas que no les iban a llegar de ambos países. En ese momento el sector entró en una vorágine con un mercado loco, una demanda muy fuerte agravada por el nerviosismo y la incertidumbre de muchos fabricantes que pedían de más para asegurar su producción. Todo esto comenzó a afectar a toda la cadena de suministro y fueron tres o cuatro meses de locura. Hay que recordar que veníamos de una crisis anterior, la del COVID, que provocó una parada de actividad global, ERTEs, etc. Meses después, cuando la actividad industrial comenzó a repuntar, los fabricantes de coches y otros mercados empezaron a posicionar pedidos un 200% superiores a lo habitual, con el hándicap de que en ese momento el conjunto del sector sufría una caída de suministro enorme, con las cadenas de suministro internacionales desajustadas: esto conllevó múltiples y pronunciadas roturas de stock en toda la cadena de suministro, y desajustes en el transporte terrestre y marítimo.

“La invasión de Ucrania por Rusia ha sumido el sector en una vorágine con un mercado loco”

P. ¿Y cuál ha sido el resultado?

R. Esa demanda aparente de la automoción y de otros sectores líderes a nivel industrial, sumada a la caída y déficit de varias materias primas provocó un aumento de precios; los fletes marítimos asiáticos se multiplicaron por 7; aumentaron todos los costes, y el precio del acero se situó en niveles históricos. En el momento en que los precios tocaron techo, los fabricantes comenzaron a recibir esa materia prima que habían comprado a lo loco, casi en subastas asiáticas, de forma que los stocks aumentaron hasta el punto de que había puertos saturados, como en Italia, en el que había tanto material que los barcos no podían descargar. La consecuencia fue una bajada de precios motivada por la desaparición de aquella potente demanda aparente y por la crisis de la automoción y de los semiconductores, que a su vez provocó una ralentización en la fabricación de coches y en la entrega de vehículos. Recordemos aquello de que “En tiempos de guerra, el mercado y dinero son miedosos”.

 

P. ¿Cuál es la fotografía actual?

R. Hemos empezado a padecer las consecuencias de toda esta vorágine: los precios han bajado una barbaridad y las industrias van a comenzar a sufrir esa caída. El año 2021 fue un año récord de beneficios en todos los sectores; parte de ello, por los vientos de cola de una especulación con precios ascendentes de la materia prima, pero con este cambio de ciclo estamos teniendo una depreciación de stocks muy fuerte. Vienen tiempos difíciles.

 

P. A la hora de afrontar esta incertidumbre, ¿cómo puede el Grupo Arania sortear estos obstáculos para mantener la competitividad y el empleo?

R. Nuestro grupo siempre ha apostado por el mantenimiento del empleo incluso en la coyuntura de la crisis sanitaria anterior, en la que la mayoría de las empresas recurrió a los ERTEs. Siempre nos hemos caracterizado por la diversificación y por ser un grupo multisectorial, y estas son, precisamente, dos de las claves de nuestro negocio. Grupo Arania está en cuatro sectores muy diferentes: la laminación en frío, el tubo de precisión, Racking y Shelving. Son grupos muy distintos y es muy difícil que un año sea especialmente malo o bueno para todos, con la salvedad del ejercicio pasado por las circunstancias de las que hemos hablado. En general este año va a ser complicado porque la demanda se ha desplomado, se han depreciado los stocks, han caído los precios y vamos a tener un incremento de costes generalizado, desde consumibles, salarios, energía, materias primas, etc. A pesar de todo confiamos en que el Grupo tendrá un buen resultado. El volumen de ventas en toneladas de acero podría verse levemente reducido pero se compensará con una mejora de los márgenes de contribución, algo similar a lo que ya está ocurriendo a nivel global: fabricantes de coches como BMW que están fabricando un 17% o un 20% menos que otros años y que han declarado un 68% más de beneficio.

 

P. ¿Cree que esta coyuntura provocará una reordenación del mercado?

R. Es posible. Creo que ese punto de competitividad que necesitan ahora las empresas dependerá de la cintura y la flexibilidad que demuestren. En este momento la foto es de incertidumbre total; nos hemos dirigido a un modelo cortoplacista y altamente cambiante, donde, por ejemplo, una parte de nuestros clientes no sabe lo que va a querer comprar a corto y medio plazo, y, por el contrario, para atender un pedido se necesitan varios meses. En el caso de Asia los plazos de entrega de las acerías son de 4 o 5 meses, mientras que en Europa son de 2 o de 3; después hay que transformar y procesar el material durante varias semanas y prepararlo para expedirlo. Es decir, que para materializar una venta se necesitan varios meses mientras que una parte de los clientes ni siquiera pueden prever lo que van a necesitar a 4 o 6 semanas vista. Por eso se necesitan modelos muy flexibles, tanto desde el punto de vista de la cadena de suministro como desde el organizacional, por ejemplo, en el diseño de los turnos de fabricación de nuestra mano de obra directa.


“Estamos delante de una época cortoplacista y altamente cambiante, donde ser flexible en toda la organización es una de las claves del éxito”

P. Ha mencionado la flexibilidad, el carácter multisectorial y la diversificación de negocio pero ¿se ha acabado ya el principio de “comprar barato para vender más caro”? ¿Cuáles son las claves del grupo para mantener su competitividad?

R. La calidad es fundamental. Hemos transformado la empresa en torno a la calidad. Apostar por ella nos ha abierto nuevos mercados, muchos de ellos estratégicos a día de hoy. Durante los últimos años hemos invertido mucho en mejorar la calidad y en conseguir que la perciba el cliente. Hace años sí podía servir eso de “comprar lo más barato del mercado para intentar vender caro”. Sin embargo se producían muchos rechazos en interno, pérdidas de competitividad, reclamaciones, etc., que hacían imposible fidelizar al cliente. Desde Compras Corporativa se realizó un trabajo enorme en la captación y homologación de proveedores, muchos de ellos en Europa y Asia, y establecimos unos estándares de calidad muy altos. Estamos en un sector muy especializado; nos hemos enfocado a sectores especializados como la automoción en los que cuesta mucho trabajo y esfuerzo afianzarse. Y una vez que estás dentro, un fallo de calidad o cualquier otro problema te hace salir del juego durante un largo periodo de tiempo. La frase de “comprar barato para vender más caro” quedó obsoleta hace ya más de 15 años. Ahora nuestro objetivo es comprar un material que cumpla todos los requisitos del cliente; para ello tenemos que saber qué necesita nuestro cliente, y una de las claves del éxito fue la creación de los Asistentes Técnicos al Cliente. Son ellos quienes acompañan al cliente para conocer sus necesidades y poder hacer trajes a medida. Posicionar al cliente en el centro de la estrategia de ventas es fundamental para ofrecer un servicio excelente. Hoy en día, la calidad no es negociable.

 

P. ¿Cuáles cree que son los principales retos que afronta el sector del acero de cara al futuro?

R. Las empresas tienen que ser flexibles por el tipo de servicio que se demanda. Para atender un pedido enorme en un momento determinado es necesario contar con una gran flexibilidad laboral que permita darle respuesta. Esta es, junto con la calidad y la diversificación, una de las claves para superar con éxito la situación de incertidumbre que vive el sector. A nivel de compras seguimos apostando por la diversificación sectorial, pero también por la diversificación financiera e incluso de proveedores. Hemos buscado fórmulas flexibles a nivel de supplychain que nos permiten mantener la disponibilidad de material para atender picos de demanda y, al mismo tiempo, para aguantar las caídas de consumo con una repercusión mínima en nuestros costes. Esto nos permite ser flexibles; reaccionar y atender las necesidades del mercado con cierta inmediatez, y hacerlo sin necesidad de esperar los tres o cuatro meses que tardan en llegar los pedidos.

CONTINUARÁ